Con un dibujo así, el juego muy instructivo no puede ser. |
Bien sea el día de Navidad o de Reyes (En serio, nadie ha abierto un Monopoly en otra fecha) tus padres, en una medida desesperada por mantener a la familia unida te regala una caja del juego. Yo te recomendaría que si estás a tiempo, no la abrieses, eso es como la puta caja de Pandora, una vez abierta ya nada vuelve a ser como antes. Como seguramente ya sea tarde, que Dios de paz a vuestro hogar y procedamos con el unboxing.
Lo primero que se ve es el tablero, con sus propiedades, sus casillas de suerte, caja de comunidad y demás. Las propiedades varían en función de que edición sea, yo jugaba con la de Barcelona para saber un poco que compraba, pero haber hay de muchas ciudades. No, si estás leyendo esto desde Benajudilla del Monte, no te lleves a engaño, tu pueblo no tiene edición propia del Monopoly porque hacer un tablero con solo la calle mayor, una iglesia y un bar, no sería muy divertido. Al sacar el tablero están las cartitas de Suerte y Caja de Comunidad, creo que vienen unas 50 o así por mazo, pero da lo mismo, a la tercera partida se han perdido la mitad. También encontrarás unas casas la mar de monas y unas casas más grandes que tienes que creerte que son hoteles. Bueno, bien, simplemente abstente de metértelas en la boca (O por el culo, que avisar nunca está de más). Por ahí tiene que haber unas cartas con los nombres de las calles y las estaciones, que cuando es nuevo son muy bonitas, pero con el tiempo les aparecen cercos de cerveza y Cocacola, debido a que, por su posición en las partidas, acaban siendo usadas de posavasos.
Ediciones del Monopoly hay de todo lo que uno pueda imaginarse. DE TODO. |
Ahh si, antes de que lo olvide, también puedes encontrar un dossier de papelotes que por lo que dicen contienen las reglas del juego, pero no quiero asegurarlo porque no conozco a nadie que los haya leído aún. Las reglas del juego se pasan de jugador a jugador de forma verbal y, desde que se inventó el juego y de una forma prácticamente darwiniana la reglas se han ido adaptando a cada uno de los diferentes entornos en los que han hecho falta. A día de hoy, cada familia juega una versión distinta del Monopoly, con sus propias reglas respecto a la construcción de inmuebles, el parking gratuito, la cárcel, subastas y demás aspectos en los que se puedan malinterpretar las regla o simplemente el párrafo donde lo expliquen sea muy largo como para leerlo.
Esto hace que para jugar en familia el juego no esté mal, pero jugar con amigos puede acabar en una autentica barbarie que haría llorar al mismísimo Schwarzenegger (Si, está bien escrito). Antes de empezar la partida los amigos deben decidir un ruleset estándard y que solo servirá para ese grupo de amigos. En ese proceso de negociación cada jugador intentará imponer las reglas de su familia puesto que esto es una batalla en que está en juego el buen nombre de tu linaje. El problema es que hay familias cuyas propias interpretaciones de las reglas son bizarradas tales como poder meter un hotel en una calle que te acabas de comprar. Sin ir más lejos en mi familia nunca hizo falta tener todas las calles de un color para construir en una, pero había que volver a caer en la casilla de la calle pa construir. Tampoco supimos nunca que se podía pagar una cantidad simbólica para salir de la cárcel, con lo que la cartita de "Quedas libre de la cárcel" ha llegado a alcanzar precios estratosféricos en el mercado secundario. Se dice que un antepasado mío dio una vez un Paseo de Gracia con hotel a cambio de la cartita de marras tras sacar tres dobles seguidos. Yo luego jugando con amigos me tocó y me creí el puto amo, empecé a exigir propiedades y cosas y lo más que conseguí es que el anfitrión me rellenase el vaso de Cocacola por la carta.
El problema de esto es que a uno le descolocan los esquemas y ya no sabe a que está jugando y a mitad de partida se acaban improvisando barbaridades y, peor aún, ya no hay buen rollo. Los amigos ya los has perdido. Yo que he pasado por varias disputas de estas a lo largo de mi vida y he tenido que llevar el honor de los García hasta lo más alto, me leí Juego de Tronos y me pareció una mariconada enorme, esa gente no hace una mierda por sus familias.
Lord Eddard Stark, pensando en hipotecar Invernalia para pagar la casilla del impuesto de lujo. |
En fin, desde aquí recomiendo encarecidamente juegos como el Trivial que no son tan conflictivos, o La Herencia de Tía Ágata, que a ese si que no sabe jugar ni su puta madre, pero el ejercicio de compañerismo y trabajo en equipo que supone el montar todo el tablero para luego acabar no jugando, reforzará los lazos entre los miembros de la comunidad.
Esto no son capaces de construirlo ni los de la facultad de arquitectura. |
Con esto, nuevamente me despido, hasta pronto!